Motivos de imagen

En 1988 cursaba mis estudios de mecánica y recuerdo con especial interés dos vehículos del aula taller: Un 124 Sport rojo y un 132 gris 2000 última serie. Así como el 124 estaba destrozado, el 132 estaba bastante entero, algo podrido y arrinconado en una esquina acumulando polvo. Mentiría ni no dijese que ya entonces sentía una especial predilección por las mecánicas del genio Lampredi. (Tenía 14 años). En contadas ocasiones se realizaron prácticas sobre el 132, prácticamente desmontaje del cambio y alguna comprobación eléctrica. Lo que sí recuerdo era la obsesión del alumnado por meterle mano a unas mecánicas de Renault Energy de R19, novísimas en esos años. El caso es que fui adquiriendo confianza con un profesor de prácticas, algo excéntrico pero muy buena persona, y pasados unos años comentábamos la reforma de la FP hacia los ciclos actuales. Sobra decir que estaba muy indignado con los cambios, que consideraba un retroceso en la enseñanza. Me comentaba que el material había sido renovado sin criterio alguno,y que el 132 se había mandado al desguace por motivos de "imagen". (Era un coche muy bueno para las prácticas de propulsión trasera, entre otras muchas cosas). Este caso me ha hecho reflexionar mucho últimamente, más aún cuando he visto un artículo de prensa contando las vivencias de los nuevos emigrantes españoles causada por la penosa situación actual. Uno de ellos cursaba estudios superiores en Inglaterra en la especialidad de restauración de vehículos clásicos. Ni que decir tiene que me ha venido a la cabeza ese 132. En cuestión de cultura automovilística estamos en la edad de piedra respecto a nuestros vecinos europeos, que valoran lo que tienen, lo consideran su patrimonio y no consienten su expolio. El hecho de que alguien con afición a los clásicos pueda cursar estudios superiores en la materia lo confirma. No me cabe duda de que si ese 132 estuviese almacenado bajo una lona despertaría el interés de más de un alumno de un ciclo por las mecánicas clásicas y nuestro patrimonio, y tendríamos a un buen profesional con cariño a su oficio y no a un mecánico del Midas o del Feuvert. Como he comentado en otra ocasión, este modelo ha tenido muy mala suerte. Un saludo.